Luis de Lión
ACERCA DEL PAPEL DE LA BELLEZA porque cada clavel es una chispa esta manifestación es un incendio. porque el fuego se alimenta con las cláusulas de un libro con el viento de una huelga o con la llama de una flor. ACERCA DEL POETA Y SUS CREACIONES oh poeta del poema oh revolucionario del poema oh revolucionario de la vida del poema pero menos de LA VIDA. ACERCA DE LA FUNCION DEL ADJETIVO niños puedo decirles peces pájaros cogollos hierba frutas mariposas semillas pero es imposible verlos y no agregar un adjetivo perseguidos peces perseguidos niños prisioneros pájaros cogollos marchitos niños hierba pisoteada hierba aplastadas semillas mariposas heridas sin embargo sé que ese adjetivo cambiará mañana peces rebeldes peces niños libres pájaros cogollos firmes niños fresca hierba fresca triunfales mariposas triunfales semillas indomables EPITAFIO ¿Por qué se empeña la muerte en matar, vanamente, a la vida, si la más humilde semilla rompe la piedra más fuerte? Y DIOS CREO A LA MUJER …en el trigo de tu cuerpo. No eras hecha por humanos. Por eso tan perfecta. Me gustaba verte desnuda y alta como la Torre de Eiffel, tu pelo universal desplegado al viento como la bandera de tu patria. Eras el Arco del Triunfo del erotismo: sobre la suave extensión de tu espalda ondulaban los Campos Eliseos, sobre tus senos y tu vientre se exhibían todos los tesoros del Louvre. Eras una botella de miel. Eras la Parisien. Después de cada filme, yo te buscaba entre las aguas del Sena de mi cuaderno de mapas. Eras el fuego en la caverna y yo el pitecantropus erectus. "Por un beso, yo…" le hubiera dado una mordida a tu boca de manzana. Eva mía, caminabas y eras la tierra y sus dos movimientos. Eras mi sueño. Todas las noches te metías en mi cabeza con tu cuerpo de serpiente y tu piel de lirio. Brigitte Bardot, yo venía de un pueblo donde no había cine y sus mujeres eran catedrales. Mis ojos sólo conocían los troncos de los árboles y nunca habían visto un muslo. Los senos no tenían nada de erotismo, eran frutas llenas de jugo para los labios de los niños. Los brazos y los abrazos eran cunas o nidos. Las cinturas no eran de avispa, eran redondas. Los vientres eran surcos para reproducir la vida, no almohadas. Y uno crecía, se casaba, tenía hijos y eso era todo. Pero Dios creó en París una mujer y la exportó envuelta en celuloide. Eras Nuestra Señora. Mi Señora. Pero sobre todo, eras la Revolución Francesa. Tus piernas eran dos cañones de amor que disparaban a mis ojos y sacudían mis tímpanos. Brigitte Bardot, yo intenté la resistencia, pero tu fuego era demasiado. La aldea que yo traía en la cabeza fue tomada por asalto y arrasada. Y tuve que abrirte mi corazón y luego alzar los brazos. De eso hace muchos años, Brigitte Bardot. Y sin embargo… Estos poemas fueron incluidos gracias a la colaboración del poeta Francisco Morales Santos. |
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